A la hora de medir la resistencia de las puertas acorazadas, es importante que conozcas que se dividen en diferentes grados. Estas clasificaciones se hacen en base a estándares estatales, europeos, sectoriales…
Quizás te resulte complejo comprender qué quiere decir realmente este conjunto de siglas, certificados y reglas. Es decir, qué parte se aplica realmente a la puerta que vas a adquirir como consumidor. En este post te hablaremos un poco sobre en qué consiste la idea de clasificar las puertas en diferentes grados y qué quiere decir cada uno de ellos.
¿Qué sistemas de graduación debemos seguir?
Siempre aquellos que gocen de reconocimiento consensuado, como los de AENOR, plasmados en las normas UNE-EN 1627:2011, de carácter europeo; y la UNE 8516:2013, restringida al ámbito español. A veces, ocurre que el modelo en concreto que estamos buscando tiene una normativa menos común, debido a sus condiciones particulares o diseño personalizado. Este es un caso raro dentro del sector, pero cuando se da, es importante asegurarse de que un laboratorio especializado e independiente ha hecho las pruebas pertinentes. Existen dos normas principales que regulan la resistencia a nivel europeo y estatal.
¿En qué se diferencian ambas normas?
Si tuviéramos que diferenciarlas radicalmente, diríamos que la normativa europea solo tiene en cuenta los ataques contra la propia estructura de la puerta; excluye así los fuerces contra el sistema de cierre. Por este motivo, se creó una norma estatal, para complementar a su homóloga europea. Incorpora criterios para calificar según la seguridad que proporcionen la cerradura y el escudo, entre otros elementos de la puerta acorazada.
¿Qué tiene en cuenta en concreto la norma estatal UNE 8516:2013?
En este caso, las puertas se califican según varios criterios. El más importante y el que nos interesa en este post es el de la resistencia ante una efracción, que numera del 1 al 5 según sea más o menos fácil forzar la puerta. El siguiente criterio es también muy relevante y notorio, ya que evalúa la protección del cierre ante los ataques hechos a mano. En este caso, en vez de con números, se califica con una A, B o C, según las características de la puerta.
Luego, tendríamos el apartado que habla de la protección tanto de la llave como del cilindro ante un ataque no violento; en esta categoría, la puerta puede catalogarse como de grado 0 o 1. Para el nivel de seguridad de las entradas o accesos se utiliza una escala híbrida: 0, A, B o C.
Por último, tenemos dos categorías muy específicas. La primera evalúa la puerta según su rendimiento ante la detección de un acceso desconocido y posterior ataque. En este caso, se puede tener una puerta de grado 0 o de grado 1. El método de instalación también tiene tres grados de complejidad: 0, A o B.
Una vez que hemos probado la puerta en todos estos aspectos, tendremos una cifra de 6 dígitos, que reflejará la destreza de la puerta en los diferentes apartados. Los dos primeros dígitos son los que más suelen mirarse.
Nos adentramos en la clasificación y los grados de la resistencia a la efracción
Ya sabes que las puertas se clasifican en cinco grupos. Estos grupos se llaman grados y van en escala ascendente, desde el grado 1 al grado 5.
Puerta acorazada de grado 1
Es una puerta que no ofrece resistencia ante un ataque realizado con fuerza.
Puerta acorazada de grado 2
La puerta es capaz de aguantar durante 3 minutos el ataque de destornilladores de menos de 25 centímetros, cuñas de plástico o madera para forzar la puerta, tubos, cuchillos, alicates y un mazo de caucho. Este grupo de herramientas serían de las que catalogaríamos como básicas.
Puerta acorazada de grado 3
En este grado, las puertas son capaces de resistir durante 5 minutos al conjunto anterior de herramientas, pero se añaden además otras más profesionales como la pata de cabra de 70 centímetros como máximo, martillo de cerrajería de 200 gramos como mucho y cinceles diversos. Una puerta acorazada de grado 3 constituye ya un seguro ante múltiples elementos.
Puerta acorazada de grado 4
Se suman a las anteriores herramientas otras nuevas. Estas son un cortafríos, formón, una maceta, hacha, taladrador inalámbrico con diversas brocas y tijeras capaces de cortar chapa. La puerta acorazada de grado 4 debe ser capaz de soportar ataques polivalentes durante 10 minutos.
Puerta acorazada de grado 5
Hablamos del top de las puertas de resistencia. Una puerta acorazada de grado 5 debe ser apta para aguantar durante 15 minutos una amoladora con discos, sierra de sable y un taladro especial que incluya brocas de carburo; esto, más todas las demás herramientas de los grados anteriores.
¿Y los grados de resistencia ante un ataque manual?
Cuando consideramos un ataque de estas características, dividimos las puertas en tres categorías: A, B y C. Vamos a explicarte en qué consiste cada una de ellas.
Grado A
Este sistema de cierre es capaz de resistir ante un extractor de cilindros, rompebombines, tornillos de tipo extracción, tubos de acero, ganzúas, mordazas de presión e imanes de neodimio.
Grado B
Junto a las herramientas anteriores, se añade el ataque usando un taladro.
Grado C
Sumamos a las herramientas mencionadas la amoladora recta, la fresa en espiral fabricada en acero y la broca de carburo.
¿Cómo interpretar estos grados de seguridad? ¿Son tan importantes los precios?
Las personas que suelen estar interesadas en este tipo de puertas no las eligen porque les convenzan o no los precios, sino porque sienten una necesidad de proteger sus viviendas o comercios. Si tenemos esta necesidad, es importante que sepamos en qué nivel de la franja de riesgo de robo estamos. Así podremos sopesar que tipo de resistencia y qué grados tenemos que adquirir.
En el caso de las viviendas en las que observamos cierto movimiento de vecinos e inseguridad, un modelo 4C sería adecuado para no quedarnos cortos. Si se trata de un establecimiento con cierta probabilidad de robo, es importante plantearse las puertas acorazadas 5C, ya que su resistencia puede hacer que los hipotéticos ladrones abandonen o no tengan tiempo de conseguir romper la entrada.
Recuerda para la hora de comprar puertas acorazadas: es frecuente que los fabricantes establezcan algunos rangos de seguridad propios. Pero siempre deberán mencionar previamente la categoría homologada.