¿Por qué poner vallas para piscinas?

Colocar vallas para piscinas como protección siempre es conveniente, pero resulta necesario si se tiene niños en casa. Al tener delimitado el perímetro de la piscina, se previenen posibles caídas, resbalones y golpes. Además sirven como complemento decorativo o para delimitar espacios.

Quizá parezca que se puede estar pendiente de los niños o de las mascotas todo el tiempo, pero lo cierto es que una llamada de teléfono o una distracción cualquiera, les deja unos momentos desatendidos y posibilita una desgracia. Un buen cerramiento garantiza el uso del jardín sin necesidad de preocupación por la piscina.

Existen diferentes tipos de vallas para piscinas. Las podemos dividir en dos grandes grupos, las desmontables y las que tienen instalación fija. Su instalación depende fundamentalmente de gustos e intereses.

Las desmontables son muy prácticas. Permiten retirarlas fácilmente y tienen una instalación bastante sencilla. Se suelen realizar en malla y metal. Resultan una buena idea si se da a la piscina varias utilidades, además de para el baño. Son muy prácticas para ampliar o reducir espacio, situar tumbonas o en el caso de remodelar el jardín o la forma del espacio que rodea la piscina.

Las fijas son las que se encuentran ancladas al suelo por diversos procedimientos de manera permanente.

Diferentes tipos de vallas para piscinas

1. De vidrio o cristal. Se utiliza un vidrio de características especiales que le proporciona mayor resistencia. Se complementa con elementos de metal para fijarlas. Resultan muy duraderas y apenas necesitan mantenimiento. Son muy interesantes desde el punto de vista estético y proporcionan mayor amplitud a la visión de la piscina

2. De policarbonato y metacrilato. Tienen mucha aceptación. Apenas necesitan mantenimiento y resultan fáciles de montar. Se completan con aluminio y se fijan al suelo con anclajes o tacos de expansión. Les afectan el paso del tiempo y la acción del sol, que las va estropeando y afeando.

3. De madera. Son muy demandadas por motivos estéticos, ya que quedan muy ornamentales. Tienen distintos acabados, formas y colores. Necesitan más mantenimiento que otros materiales, pues la madera en el exterior sufre más los fenómenos meteorológicos. Hay que tener especial cuidado de que no se astille.

4. Hierro forjado. También son muy demandadas por su estética. Proporcionan gran seguridad, con buenos cierres muy resistentes. Al igual que las de madera, necesitan de mantenimiento regular y ser pintadas cada cierto tiempo.

5. El aluminio y el PVC se utilizan mucho. Se pueden instalar de varias maneras, con paneles o mallas. No resultan caros y requieren poco mantenimiento.

Por último, te recordamos que las vallas para piscina son un complemento de seguridad necesario para evitar accidentes. La seguridad que proporcionan tiene que ser el objetivo principal para su instalación, pero también sirven pare embellecer el lugar donde se sitúa la piscina y ganar en tranquilidad.